martes, 11 de diciembre de 2012

La Hazaña de Cliserio Reyes Guerrero



POLIZÓN EN UN AVIÓN DE “LAMSA” 

EL 9 DE OCTUBRE DE 1950 

(Hace 61 Años)



Publicado originalmente por  en oct.08, 2011, en la categoría Blog AviaciónBlog Cultura
Agradecemos a nuestro colaborador y amigo Don Ubaldo Veloz Obregón la presente aportación con la que estamos recordando al osado “AGUILUCHO LAGUNERO CLISERIO REYES GUERRERO”.
Para adornar su trabajo hemos aportado la primera imagen con el apoyo y cortesía del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones en México, dependiente de la Secretaría de Gobernación, así como del hijo del Don Cliserio Reyes Guerrero el señor Juan Manuel Reyes de la Vega, quien nos esta apoyando para concretar en nuestro museo una área que queremos dedicarle exclusivamente a el.
Las imágenes de la hemeroteca del periódico El Siglo de Torreón, son aportación de  Don Ubaldo Veloz Obregón.
Líneas Aéreas Mexicanas, S. A., era la razón social  de la línea aérea, también conocida como “LAMSA” y operaba en el hacía poco tiempo inaugurado aeropuerto de la ciudad de Torreón, Coahuila,  volaban de esta ciudad a Ciudad Juarez y a la ciudad de México con equipos Douglas DC-3, los famosos aviones que surgieron durante la Segunda Guerra y que todavía en la actualidad se ven algunos en servicio o en exposiciones aeronáuticas.
Cerca del aeropuerto, en ese entonces casi solitario y lejos de la mancha urbana, existían rancherías desde donde se podían ver los aviones en sus maniobras de aterrizaje y despegue, lo que llamaba mucho la atención de los niños y jóvenes de esas localidades, nosotros los de la ciudad, no éramos tan suertudos pues solo íbamos o nos llevaban a ver los aviones una vez al año.
Dentro de esas pandillas de lugareños que cada tarde se apersonaban en las cercas del aeropuerto, estaba un joven llamado Cliserio Reyes Guerrero, al que siempre le habían llamado la atención los aviones y quería saber que se sentía volar, pero no contaba con recursos, ya que él y todos los de su familia y amigos se dedicaban a las labores del campo, hacía poco tiempo que habían sido deportados de los Estados Unidos por haber entrado como ilegales hasta la ciudad de Austin, Texas donde trabajaron por tres meses.
Al regresar al ejido Florencia de donde era oriundo, regresó al sueño de volar, seguía sin recursos, pero con el firme propósito de volar, lo más pronto que pudiera, no importaba a donde, lo que deseaba era volar, el sueño de su vida y para ello estuvo pensando cómo, cuándo y sin pensar en lo que pudiera pasarle.
Durante un tiempo estuvo asistiendo al campo aéreo estudiando los movimientos de los aviones, saltaba furtivamente hasta los matorrales cerca de la pista y llegó a la conclusión que solo podría volar afuera del aparato, ya que poder entrar a uno era verdaderamente imposible, por lo que empezó a preparar su atuendo para el vuelo, hasta que llegó el día escogido, su equipo de vuelo solo eran una gorra con orejeras, unos lentes verdes y camisa de manga larga, y llegó el día escogido……
Era ya de noche del día 9 de octubre, como otros días, Cliserio se escabullo hacia las pistas esperando que el aparato llegara al punto que escogió para abordarlo, cuando llegó cerca y se detuvo un poco el avión, corrió hasta treparse en el estabilizador trasero derecho del aparato y se tendió cerca del fuselaje solo asiéndose del borde fuertemente con sus manos y los brazos hasta sus axilas, el avión empezó a tomar velocidad sobre la pista y a elevarse, Cliserio ya estaba en un avión, su pasión empezaba a cumplirse, no importaba a donde se dirigía el avión.
Ya en el aire y con los fuertes vientos de 300 kilómetros por hora, a once mil pies de altura, pudo el polizón ver desde el aire las luces de la población, su camisa en poco tiempo quedo hecha girones, solo le quedaron los puños y el estuvo al punto de congelación, el piloto casi desde el despegue empezó a tener problemas con el control del aparato, solo podía girar hacia la izquierda, por lo que ya con una media hora de vuelo decidió regresar a Torreón para checar la anomalía y no poner en riesgo a los pasajeros, grande fue la sorpresa al checar los estabilizadores y encontrarse al polizón todavía aferrado al aparato, casi congelado por lo que varias personas tuvieron que bajarlo, checarlo y al ver que estaba con vida y que podía caminar, ¡a la cárcel municipal fue a dar Cliserio!.
El piloto de apellido Guzmán solo atinó a decir que si hubiera girado a la derecha, el problema del avión se hubiera solucionado, pero Cliserio hubiera caído al vacío y si hubiera continuado con el vuelo pudiera haberse presentado una tragedia aérea, al tener conocimiento el presidente municipal del hecho, ordeno que se le practicara un examen mental al polizón, concluyendo los doctores que estaba con todas sus facultades mentales en orden.
Al enterarse por las noticias de la que ya la gente calificaba como hazaña y que era la primera vez en el mundo que alguien volaba de esa forma, muchas personas y cientos de cartas de todo el mundo, empezaron a abogar por el ya para esos momentos un héroe local y nacional, que como no se había cometido un delito salvo el retraso del vuelo a la ciudad de México, pedían se le perdonara su atrevimiento de querer volar de esa forma.
Así fue, creo que se le perdonó ese atrevimiento y se dice que un filántropo, que la misma línea aérea le pagó los estudios de aviación, también dicen que fue Pedro Infante el que lo hizo ya que el también era piloto, unos mencionan que terminó Cliserio como mecánico de aviación, otros dicen que como piloto aviador logrando acumular muchos miles de horas de vuelo, pero lo innegable es que para muchos que conocimos esa noticia, Cliserio es una leyenda del verdadero espíritu lagunero.
De esa hazaña, se cumplen 61 años el 9 de octubre de 2011.

Para ampliar las Imágenes puede dar click sobre las mismas, ofreciendo una disculpa por no poder proporcionar mayor nitidez y fidelidad a las imágenes de la hemeroteca del Siglo de Torreón.
Continuara…
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